Por: José Cruz Delgado Morelia. Mich., a 6 de agosto.-Wilfrido Hurtado Morales, jefe de Tenencia de la comunidad indígena de Ichán, dijo que hay la intención que con las de Carapan, Tacuro y Acachuén comparte su población sobre la posibilidad de que las personas que forman parte de las rondas comunitarias reciban permisos y las armas para efectuar labores de vigilancia. El secretario de Seguridad Pública, Víctor Manuel Magaña García, dijo que la intención es brindar apoyo a las comunidades mediante un esquema ordenado, “no como se creó la Fuerza Rural”, acotó. “Se les ha pedido que los interesados, los candidatos a ocupar estas policías comunitarias, que primero sean debidamente evaluados, capacitados y bajo los esquemas que marca el Sistema Nacional de Seguridad Pública. El próximo lunes iniciará el proceso de depuración de la Fuerza Rural en el municipio de Apatzingán, mecanismo para el cual ya tienen armados los expedientes para que de ser necesario intervenga la Comisión de Honor y Justicia. Explicó que a los elementos que hayan aprobado los exámenes de Control y Confianza les renovará la licencia de portación y se les someterá a un pase revista de armamento y de vehículos. Magaña García advirtió que en tanto no culmine el proceso de depuración no se otorgará una plaza más para la Fuerza Rural. “Una vez regularizada se continuará con el proceso de reforzamiento de esta unidad”, dijo. Debido a la prevalencia del abigeato y la tala clandestina, además de esporádicos levantones y homicidios, comunidades indígenas enclavadas en la Cañada de los Once Pueblos demandan a las autoridades estatales se les permita el uso de armas de fuego durante las rondas comunitarias. Y es que, sostuvo, los individuos a los cuales enfrentan para tratar de frenar el robo de ganado y la tala clandestina, probablemente vinculados con el crimen organizado, sí están armados y ello los pone en franca desventaja. Por separado, la secretaria de Pueblos Indígenas, Martha Josefina Rodríguez Casillas, indicó que hasta la fecha, las únicas rondas comunitarias con permiso para portar armas funcionan en Cherán, Santa Cruz Tanaco y Nurío. Opinó que desde su óptica, se desvirtuó el término de las rondas comunitarias, pues según los usos y costumbres de antaño quienes formaban parte de las mismas en las poblaciones indígenas no estaban armados. “Sí existían las rondas para hacer un servicio de vigilancia, pero no armados. Yo difiero de que se señale por usos y costumbres armar a un grupo de comuneros que ya están trabajando como policías con el término de rondas”, declaró.