Por: Fernando Pérez Chávez
Octavio Ocampo Provocador.
PRI Debe Evitar esa Práctica.
En Irimbo Volverá a Palomino.
El diputado del PRD, Octavio Ocampo Córdoba, solicitó licencia por 12 días para separarse de su cargo en el Congreso del Estado de Michoacán, para trasladarse al municipio de Irimbo a provocar a los priístas que apoyan a Fernando Palomino, quien se perfila para ganar la elección extraordinaria del próximo 8 de diciembre del presente año.
Y que el administrador del PRD en Michoacán, supuestamente pidió permiso para enfocarse en las actividades relacionadas con el proceso electoral extraordinario en el municipio de Irimbo, en apoyo a la candidata perredista Azucena Ruiz Alanís, pero es mentira se fue a provocar al PRI y para inhibir la práctica democrática, porque volverá a perder su abanderada.
Sin embargo, la licencia que solicitó del 27 de noviembre al 8 de diciembre es una simulación, así que su suplente, Helder Soto Valencia, no alcanzará a rendir protesta, además de fue propuesto para una jefatura la al interior de la Auditoría Superior de Michoacán, así que no alcanzará a cobrar la dieta y el presidente Estatal de lo que queda del PRD Michoacán, regresará pronto a legislar con “responsabilidad”.
La verdad es que Octavio Ocampo Córdoba es una parasito de la política, que junto con su compañera diputada Brisa Arroyo se han apoderado del PRD Michoacán y para seguir pegados a la ubre del gobierno, ahora promueven el registro del nuevo PRD, luego de que ese instituto político perdió el registro a nivel nacional.
Por otro lado, no nos sorprende que existan los provocadores como Octavio Ocampo, porque siempre han existido a lo largo de todas las luchas políticas y han sido instrumento del poder, de la contrainteligencia, para anular a la fuerza opositora y para justificar su eminente derrota en Irimbo en donde volverá a ganar el PRI.
Finalmente ante la crisis del PRD el provocador de Octavio Ocampo Córdoba busca inhibir las prácticas democráticas y toma colectiva de decisiones. Amén de sabotear los debates, de siembrar la sospecha de que en toda crítica hay un traidor, generando condiciones para las escisiones y la división interna, con objetivos falsos, creando enemigos inexistentes para proteger a los verdaderos.