Por: Fernando Pérez Chávez

Se Enrarece Elección

Cerrados los Comicios

El PRD y la Violencia

El proceso electoral en Michoacán se enrarece con el asesinato del candidato de Morena a la alcaldía de Yurécuaro, Enrique Hernández Salcedo y es una advertencia para aquellos que consideran que las cosas en Michoacán en materia de crimen organizado han sido superadas y a unas semanas de la jornada electoral del 7 de junio se visualizan distintos escenarios que podrían presentarse, derivado de los resultados de la elección de gobernador.

En Michoacán existen poderes fácticos que no han sido desterrados del todo y no se vale lanzar las campanas al vuelo respecto a que el estado es un territorio libre de delincuencia organizada porque la realidad es otra para los candidatos al gobierno del estado y sus partidos, los cuales de manera errónea han pretendido frivolizar el tema del crimen organizado, lanzándose acusaciones sin sustento con la única intención de destruir al adversario.

Son más de 10 años en los que los michoacanos han viviendo en la zozobra, con asesinos sin escrúpulos, protegidos por autoridades corruptas, han impuesto su agenda sangrienta en la entidad y si no hay unidad, si los partidos y el gobierno no entienden que sólo con unidad se podrá enfrentar esta problemática, entonces las cosas estarán perdidas y mal hace el gobierno al pretender minimizar el problema aduciendo que se trata de algo focalizado en una región colindante con el Estado de Jalisco.

Y mal hace el Partido Morena al ver en el atentado un crimen de Estado, porque unos y otros fallan y lo único que quieren es capitalizar el asesinato de Enrique Hernández Salcedo, unos para demostrar que están trabajando, los otros para allegarse votos, pero hoy más que nunca, partidos, gobierno y ciudadanos deben organizarse en una meta común: evitar la penetración del crimen organizado en la vida pública michoacana.

Ahora bien, todos los candidatos, todos los partidos, deben demostrar que quieren el bien del estado, no sólo destruir al adversario aunque con ello se desate la destrucción del estado en una elección que será cerrada y en la que se sigue considerando con posibilidades de ganar el PRI, PRD y PAN, pero seguramente después del debate que se efectuará el 20 de mayo existirá mayor claridad en los abanderados e iniciarán los amarres y compromisos para cerrar de facto con sólo dos contendientes.

Por otro lado, ante esas condiciones, habrá que ir pensando en lo que al estado le espera, dependiendo de los votos que se vean reflejados en los cómputos, porque creemos que no será un triunfo holgado y existe la posibilidad del conflicto postelectoral e incluso de impugnaciones, por parte del PRD porque Silvano Aureoles ya se siente gobernador y no aceptará los resultados los cuales parece que favorecerán a Ascensión Orihuela.

Finalmente ante una victoria cerrada entre Chon y Silvano provocará sin duda a la judicialización de la elección y este escenario es preocupante porque la incertidumbre puede generar dudas y una gran división entre los michoacanos, no deseable en las difíciles condiciones por las que atraviesa, pero basta recordar los conflictos postelectorales generados en el pasado por el PRD y que alcanzaron aunque por otras circunstancias a gobiernos recientes, propiciando una larga tradición de interinatos con Genovevo Figueroa, Ausencio Chávez, Jesús Reyna y Salvador Jara, amén de la inestabilidad.