He comprobado que las críticas frontales terminan siendo
siempre apropiadas por el discurso que se pretende combatir.
Jacques Derrida
Arturo Suárez Ramírez
Estimados amigos lectores, gracias por su tiempo para la lectura de la presente columna publicada en este importante medio de comunicación. Hace meses comentaba en este mismo espacio, sobre el acuerdo que tuvo Andrés Manuel López Obrador con la profesora Elba Esther Gordillo, quien jugó a favor del tabasqueño en la elección pasada.
Por lo caliente del ambiente electoral, hubo incrédulos que dudaron de esos acuerdos, sobretodos los cegados por la imagen de AMLO y el repudio a la profesora, que se convirtió en sinónimo de corrupción, de maldad y el estigma de lo más arcaico del PRI. Pero no hay tiempo que no se cumpla y estamos expectantes para saber los alcances de aquellos acuerdos.
La profesora está de regreso en la arena política, regresa por sus fueros y varios de los traidores están temblando porque la historia no se equivoca, ya no tienen quien los proteja y Elba Esther es rencorosa. A la maestra ya se le ve en actos públicos del magisterio, poco a poco recupera la vitalidad que da la libertad, y pronto se podrá medir el poder que realmente tiene, mellado en el sexenio anterior. Y sin lugar a dudas seremos testigos de que tan cerca se encuentra del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por lo pronto ya mandó dos mensajes muy claros, el primero que retomará la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, porque tiene sed de “justicia” y ha sido exonerada de todos los cargos por los que fue encarcelada en 2013. Con ello busca consolidar el nuevo partido de los maestros denominado Redes Sociales Progresistas.
El segundo mensaje es un reclamo directo al Presidente de la República y su compromiso de derogar la Reforma Educativa de Calderón y Peña Nieto. Directo dijo que la reforma de la Cuarta Transformación «no es la reforma que esperábamos» y la llamó “reformita”. Esto se suma a la presión que los sindicatos ejercen en las calles con marchas y bloqueos.
Elba Esther Gordillo tomo fuerza en el sexenio de Carlos Salinas y logró capotear el mandato de Ernesto Zedillo a quien le había hecho la vida imposible cuan do había sido Secretario de Educación Pública. A Vicente Fox lo llamaba “amigocho” y se paseaba en los jardines de Los Pinos con Martha Sahagún. Con Calderón fue su aliada e incondicional, pero ese cambio de camiseta la enemisto con Peña Nieto y terminó en prisión.
¿Cómo será la relación con el presidente López Obrador? ¿Podrá hablarle al oído como varios de los ex presidentes? Pronto lo veremos.
Entre Palabras
Una ola de violencia, crimen y narcotráfico sacude al estado de Guanajuato. Como habrán hecho mal las cosas los gobiernos anteriores, municipales, estatales y federales, que queda como bonita anécdota cuando Germán Martínez (en esos entonces presidente del PAN, ahora morenista y director del IMSS), quería “guanajuatizar” México.
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Muchas gracias y hasta la próxima.