Por: José Cruz Delgado

Aquila entre riqueza y violencia

El municipio de Aquila, Michoacán, se ha caracterizado por su riqueza minera y entablaron una lucha frontal contra el crimen organizado y se niega a entregar sus recursos naturales, las minas, el bosque y sus playas. Sin embargo, sus habitantes viven en el miedo, la riqueza y la pobreza al no poder explotar el mineral.

El municipio de Aquila se caracteriza por su alto potencial en producción de fierro y, en menor medida, plata, zinc y plomo. A unos veinte kilómetros de distancia del Xayacalán se localiza la población indígena de San Miguel de Aquila, en donde tiene presencia la empresa minera Ternium, que es la responsable de la explotación de la mina Las Encinas.

Por décadas, San Miguel de Aquila ha sufrido conflictos, desacuerdos entre los comuneros y las autoridades comunales, porque unos están a favor de la operación del yacimiento minero, y otros en contra. Pero la alerta se prendió cuando algunos comuneros empezaron a denunciar —casi a escondidas— que el crimen organizado, a través de sus tentáculos, mantenía el control de las regalías que generaba la extracción de material férreo.

Agotados, cansados por tener que pagar “una cuota fija” de las regalías a Los Caballeros Templarios, en mayo de 2013 los pobladores crearon un “grupo de autodefensa”, que enfrentó a la transnacional Ternium y exigió un convenio con la empresa para que el pago de regalías fuera más “justo” y la minera se comprometiera a impulsar el desarrollo social y humano en la comunidad; con esta medida se ganó el respaldo popular y todos lo siguieron para fortalecer el “grupo de autodefensa”.

El riesgo de un brote de violencia en San Miguel de Aquila persiste, debido a que los comuneros siguen divididos, unos a favor de que siga operando la empresa minera Ternium y otros que se oponen debido a que —según su criterio— la empresa no ha cumplido con los acuerdos pactados, y se carece además de autoridades o asamblea comunal sólida para que ello ocurra.

En San Miguel de Aquila se tiene un padrón de 614 comuneros y algunos se sienten agraviados por la minera Ternium porque contamina el medioambiente y no cumple con los términos del contrato firmado ni con las regalías a sus trabajadores, dice el funcionario federal.

La mina Las Encinas extrae en promedio diez mil toneladas diarias de mineral de hierro, y mensualmente cada comunero recibe entre 12 000 y 15 000 pesos por concepto de regalías. La región costera de Michoacán no sólo enfrenta problemas de inseguridad, sino también la explotación ilegal de yacimientos de mineral, sobre todo de fierro. Desde hace más de 30 años, en donde la tierra brilla por su riqueza minera, los habitantes de Aquila han emprendido una lucha en contra de la explotación de sus tierras.

Hace más de más de dos años los dueños de esos lotes lograron que la principal empresa Ternium, de origen argentino, les pagara a los comuneros 3.8 dólares por cada tonelada de fierro que se explota; sin embargo hoy, denuncia Juan Manuel Ramírez un ex autodefensa recientemente liberado y dueño de tierras donde hay mineral, que dicha empresa está explotando de manera ilegal otras zonas en las cuales no tiene concesiones, ni por parte del gobierno ni de la asamblea de comuneros de Aquila. En el Puerto de Manzanillo, Colima fueron decomisados grandes cargamentos de este mineral explotado de manera ilícita.

Aquila tiene una producción al día de 1,000 toneladas, según la Secretaría de Economía, pero datos de los comuneros revelan que Ternium extrae de 10,000 a 12,000 toneladas diarias. De acuerdo con los habitantes, la minera Ternium responsables de la violencia en esa región porque desde su llegada se desataron las extorsiones por parte del cartel de los Caballeros Templarios. La empresa quiere quedarse con el fierro que se puede extraer de sus tierras pero a raíz de que llegó el Ejército al municipio se cortaron los contratos y no trabajan desde ese tiempo.

Las minas de El Cabezal, ubicadas en la comunidad indígena de Pómaro, compuesta de 700 comuneros no trabajan las minas desde hace seis meses debido a la inseguridad que priva en la zona por los enfrentamientos entre grupos delictivos antagónicos. Todo iba bien hasta que llegaron los Caballeros Templarios quienes empezaron a pedir cuotas por trabajar las minas, ante tal situación decidieron parar actividades pero éstas están custodiadas por gente armada del crimen organizado.

Los habitantes de esta comunidad piden al gobierno estatal y federal su intervención para que vuelva a reactivarse la actividad minera para que haya desarrollo y, sobre todo evitar que los jóvenes se enrolen con los grupos delictivos ante el desempleo que persiste.

“Nos están quitando los minerales, en Aquila hay mucho hierro y quisieron negociar y ya que no quisimos comenzamos a recibir amenazas, nos empezaron a pedir pagos de regalías, además que la minera dio a conocer las cantidades que recibiría cada comunero y a raíz de eso fue cuando empezaron a extorsionarnos y a hacer amenazas más fuertes”, refirieron.

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